martes, 30 de diciembre de 2025

pa' lante que pa' trás no hay nada

Yo también estoy buscando una frase linda, que levante ánimos. Pero nomás encuentro retazos de lo que pudo haber sido. De todo lo bueno que llegó a mi vida y, así como llegó, se fue.

Ojo, eh, porque estoy re agradecida con lo que viví. Al menos me abrió los ojos. O me hizo más consciente. Aunque eso pese toneladas. A veces "ver de más" no es, del todo, agradable, ni complaciente.

Pero si pudiese pedir algo pediría que mis niveles de ansiedad bajen por lo menos a un 20. Y no se vayan por las nubes con un 100.

O que las conversaciones sean tan positivas, o significativas, que no me den ganas de terminarlas. Y por eso mismo, haya menos ruido y más nueces.

Que hablemos hasta por los codos, si es necesario. Para llegar al momento cumbre del silencio mágico. Entonces ya no habrá mucho por decir, excepto que salimos más fuertes. Que nos encontramos más raudos. Que peleamos más hondo. Que asistimos con ganas.

Que la vida no espera. Ni tampoco se planea demasiado. Porque se nos ríen en la cara nuestros enemigos (y hasta nuestros ángeles).

Que por algo se empieza. Siempre que algo cerramos. Y que no hay nada como una abuela diciendo "Te Amo".

Por los que ya no están, y por los que se van alejando. Por los que no hay manera de despegarlos de nuestros zapatos. Sobre todo cuando pifiamos, y miramos para ambos lados, a ver si alguien se dió cuenta.

Y sí, entonces por lo que se dan cuenta. Y no se cierran, ni se encierran. Sino que se abren, esporádicos y campantes, como un niño cuando está por tomar un jugo recién comprado.

El resto será del cielo, después de haber bajado a la tierra. Subiendo hasta las nubes los temas. Que tanto, por acá, nos angustian. Allá arriba los revisan. Y si hay trampa se cancelan. Todo vuelve al más interno. Porque eternos son los días, cuando hay mate pero no sanguchitos.

Y si vos creés en mi delirio. Yo te diré que "no hay delito". Al menos en sentir con un corazón que siente tanto. Y por sentir se desparrama. Hasta diluirse como un hielo. Que es sinónimo de espera, cuando estamos esperando.

Te regalo un horizonte, como un templo o un oasis.

No mirés, ni 2 segundos, el instante que se ha ido. El presente es todo tuyo. Con un moño de regalo.


🖊️ Agustina Ferrand



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