Si vamos al carozo del asunto: la poesía no está hecha para ser entendida, sino cantada. Es uno, como escritor o lector, quien debe poner de su parte para desanudarle el nudo de la garganta. Si el poema o la prosa es buena... algo físico sucederá: una molestia, una mano que se pone a hacer cosas o un músculo que se relaja. En tiempos de Redes Sociales y felicidades envasadas, en los que parece que gana -como cantan Las Pelotas- "la frase linda para decir", no es para nada simple encontrar tu verdad -aunque sea dolorosa- y aún así generar impacto. Si supiéramos a dónde ir... ¿intentaríamos fugarnos solos para poder seguir? A lo que voy es a que: YA NADIE NOS PROHIBE LA MÚSICA. El poema -y todo lo que le rodea- está al alcance de nuestras manos. Disfrutemos de esto entonces, aunque no lo entendamos. Que si no lo entendemos por lo menos tenemos una tarea divertida por delante: DARLE NUESTRO PROPIO SIGNIFICADO.
🖊️ Agustina Ferrand

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