Tengo ganas rabiosas de quedarme toda la noche hablando de Salud Mental -porque ayer 10/10 fue su día- y las mil y un cicatrices que tengo, todavía. Y las mil y un curitas que me ponen la medicación, la terapia y -claro está- la poesía. Pero ya habrán leído bastante. Y ojalá haya sido para bien.
Desde mi lugar lo que puedo señalar es que es mucho más común de lo que creemos sonreír cuando por dentro nos morimos. O no sentir del todo que uno está realmente vivo.
Acontece que muchos vivimos realidades limitadas y complejas. O nos faltan ingredientes en la mente, que nos acovachan o nos roban las herramientas, frente a algunos trabajos o guerras. Lo cual no significa que no tengamos fortalezas. Sencillamente acarreamos rasgos o diferencias que merecen cuidado, y sobre todo mucho amor.
La depresión no es joda, la bipolaridad no es joda, la esquizofrenia no es joda. ¡Lejos el estigma de que somos peligrosos o abusivos! ¡Cerca la realidad de que tenemos un montón de capacidades! ¡Gracias a la vida que nos sigue dando tanto! Quizá no podamos con nuestra mente, muchas veces, por cuestiones clínicas o naturales que nos exceden. Pero hay salidas, siempre hay salidas. Y esa es toda mi fe, mi fuerza, mi esperanza, y quizá mi luz de cada día.
Abrazo empático hacia todo aquel que esté atravesando una enfermedad. Pero abrazo más fuerte, todavía, para todos aquellos que permiten que -a través de las grietas del cemento- se mueran los bichos y nos sorprenda y embellezca el consuelo de las flores. 💐✨🧠 Si me vas a querer, traé las flores. 🙈
🖊️ Agustina Ferrand

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