Ser optimista, al menos para mí, significa que pese a los dolores, las adversidades o las enfermedades -que algunos, o todos, tenemos- siempre habrá una luz que nos rescate.
Un verso, un amigo, un hermano, un perro, un gato, un hijo, un sobrino, un termo de mate, una canción, un libro. Sólo basta mirar el pellejo y el detalle. Entender que estamos de paso. Y que únicamente nos llevaremos de ésta vida lo que supimos dar.
Prefiero pecar de inocente, naif u optimista. Y no hacer el mal, por puro placer de hacer el mal.
Te deseo que la vida jamás te maltrate al punto de quitarte las esperanzas. Y que si hoy no hay pan o dicha, nadie te prohíba imaginar que mañana si lo habrá.
Crear un paisaje posible siempre es posible. No te menosprecies. Estás siendo capitana de un barco, sin que nadie te haya enseñado cómo usar el timón. Y eso vale más que la madera. Que, por cierto, es lo único que no hay en otros planetas.
Quizá debamos aprender del árbol. Y echar raíces fuertes en los lugares donde podemos ser nosotros y nosotras mismas. Usted sabe. Es el mismo canto, con distintas alas.
Descubrí tu propósito y envolvelo para regalo. Estirá tus ramas, como si fuesen las más preciosas del mundo. No descuides el abrigo, el canto y los ojos. Observá y abrazá todo. Y ayudá siempre que puedas. Te prometo que la vida siempre encuentra la manera de hacerte llegar al contado, todo lo que creías que nadie te daría.
Sólo es cuestión de confiar en la suerte y ayudarla con la acción. Que si desde arriba nos tiran palos y balas desde abajo nacerán los brotes. Y cuando menos te lo esperes, ¡zas! ¡otro asombro! ¡otro día! otra oportunidad de hacerlo de manera distinta.
🖊️ Agustina Ferrand
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