Si lo pienso seriamente no lo hago. No me animo. No me arriesgo. No doy el salto. Pero qué voy a hacer con tu sonrisa alada. Si, cuando me llama, voy y la atiendo. Si, cuando no me llama, voy y la alcanzo.
Será cuestión de dejarse llevar por las canciones legendarias. Esas que vos muy bien no elegís, pero igual te sigo el juego. Por porfiada. Sabiendo que eso significa -por encima de todo- darte espacio. Para que te alejes. Para que me extrañes. Para que no se rompa la magia. Aunque aparezca por todas partes mi letra o mi cara. Y en los sueños ni te cuento, dicen bien los pajaritos.
"No soy dark, soy intensa. Mi habitación está desordenada, pero no soy dark", escribe Cecilia Pavón, la poeta más ajena a mí que te vas a encontrar. Pero igual se convive. No pasa nada. Son cosas que pasan. Y además es todo un tema. Así que mejor no cantemos "EUREKA" hasta que las flores, no importa de qué rubro, no estén en nuestras manos
"Me extraña, araña, que usted siendo poeta pierda la esperanza", dijo una vez una hadita y soltó mi corazón hacia el mundo. Ese que guardo en el cofre más "ser íntimo", con el pelo de mi perro y otras reliquias que ningún viento, ni catástrofe, podrían -ni querrían- arrebatarme.
Porque se enamorarían al instante, sin pensarlo ni un segundo. Entonces querrían cuidarlos. Como yo te cuido a vos, que soy tu amante. A medida que formo "alma" con "valentía". "Retazo" con "mente" y "batalla". "Calma" con "beso" y "balanza". "Vida" con "música" y "florcitas". "Cielo" con "Amores que ya no están -o hemos matado- pero, por algún extraño motivo, nos siguen susurrando".
🖊️ Agustina Ferrand

No hay comentarios.:
Publicar un comentario